miércoles, 16 de mayo de 2012

No me gusta vivir entre gente que basa sus razones en el descrédito de las de los demás. La violencia tiene  muchas caras, algunas tan letales como el coche bomba aunque visualmente menos cruentas.
Estoy cansada de quien se escuda hora en su inteligencia pretendidamente superior, hora en el statu quo, hora en la ciencia, hora en los axiomas archidemostrados y reputadísimos, hora en la "oficialidad" de los poderosos... Muletas y más muletas, para llenar de contenido y peso específico, lo que no suelen ser más que opiniones, basadas en los conocimientos de que se dispone en el momento.
Así fabricamos dogmas, armas arrojadizas que al final, como cualquier arma, no sirven más que para matar cosas, reprimir cosas, impedir cosas...
Pontificamos, mucho más que dialogamos. Y pontificando los caminos posibles son cortos.
Yo no soy buen nada solo porque diga que tu eres malo haciendo lo que yo hago. Si yo hago algo bien, lo hago. Y no hablo de los demás que hacen algo parecido, ni bien, ni mal. Si lo que hago está realmente bien y tengo paciencia, construiré una imagen que se proyectará potente y acercará a más y más gente. Y eso me permitirá seguir aprendiendo y creciendo, siempre cuestionando lo que creo que sé.
No se construye nada en la guerra, no se salva nada, no se mejora nada.

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